Siempre en movimiento

SOLEMOS PENSAR QUE UN CHICO “BUENO” ES EL QUE SE QUEDA QUIETO. NADA MÁS ALEJADO: MOVERSE ES EL MODO QUE TIENE PARA CONOCER EL MUNDO Y CONSTRUIR SU PERSONALIDAD.

“Sé bueno, quedate quietito”, les decimos a veces a nuestros hijos, como si fueran equivalentes. Es normal que pensemos así: muchos fuimos criados bajo esa premisa. Pero hoy sabemos que el movimiento es esencial para la salud física y psíquica de cualquier chico. Porque… ¿qué es moverse? Es ese impulso vital que lleva a tu hijo a ponerse en contacto con el mundo que lo rodea. Sí. Accede al mundo tocándolo, saboreándolo, mirándolo, oliéndolo. Cada movimiento trae un conocimiento nuevo, y cada experiencia produce en su cerebro conexiones que forman su inteligencia. La mente de un chiquito encuentra sus “nutrientes” en los alrededores y se construye a sí misma a partir de lo que absorbe a través de sus propias experiencias. El movimiento empieza con el nacimiento, y durante el primer tiempo es prácticamente involuntario: un recién nacido puede controlar solamente parte de los músculos de la boca y la garganta para chupar, tragar y llorar. Después, a medida que crece, de a poquito empieza a controlar sus movimientos y a hacerlos conscientes y voluntarios. Así se va conformando esa gran facultad tan propia de los seres humanos: la voluntad. Por otro lado, cada movimiento que un chico logra realizar le hace saber que es capaz de hacer cosas por sí mismo. Esto es clave para formar una personalidad segura.

¿Cómo estimular el movimiento?
  • Vestí a tu hijo con ropa cómoda siempre y sin importar cuán “elegante” sea el contexto.
  • Si es bebé, colocá una pequeña alfombra o manta donde pueda pasar unos minutos boca abajo para fortalecer su espalda, cuello y brazos.
  • Inventá razones para que tu hijo se mueva: objetos atractivos un poquito alejados para que haga el esfuerzo de estirarse, arrastrarse y finalmente gatear.
  • Creá un espacio seguro y abierto donde pueda explorar cuando empiece a gatear y a dar sus primeros pasitos.
  • A partir de los 9 meses, encontrá un lugar donde pueda practicar subir una escalera, por ejemplo, el escalón de entrada de un edificio.
  • Aprovechá los lugares que ofrecen grandes espacios para el movimiento, como un parque, jardín o plaza.
  • Dejá espacio para el descubrimiento propio: una vez que le mostraste algo, permití que lo haga solo aunque no lo haga bien. Solito va a encontrar la solución.
  • Usá el cochecito con moderación. Tomate tiempo para que tu hijo camine. Aunque no lo creas, los chicos son capaces de caminar grandes distancias cuando no están apurados, caminá unos pasos detrás de tu hijo y descubrí el mundo a través de sus ojos, “seguí a tu niño”, conocelo.
  • Evitá, en la medida de lo posible, el “equipamiento” que limita su movimiento, como andadores, andadores fijos y hamacas. La silla de comer, solo para comer.

Así desarrolla tu hijo el movimiento

0-4 MESES. Mano: prensión instintiva, movimientos erráticos, descubrimiento de la mano. Cuerpo: control de la cabeza, músculos, cuello, espalda, glúteos y brazos.
4 MESES. Mano: prensión intencional: 4 dedos en oposición a la palma. Cuerpo: se arrastra, agarra objetos.
6-7 MESES. Mano: control de los dedos. Cuerpo: se sienta con apoyo.

8 MESES. Mano: transferencia de una mano a la otra, prensión con dedos en oposición a pulgar. Cuerpo: se sienta solo, gatea.
9 MESES. Mano: prensión precisa y fuerte. Cuerpo: se para con sostén, luego solo.
12 MESES. Mano: trabajan juntas. Cuerpo: camina.
15 MESES. Su motricidad le permite comenzar a realizar actividades cotidianas que involucran las manos y el cuerpo, por ejemplo: barrer.