Estimulá y alentá
su independencia

Acompañar a los chicos en la búsqueda de su autonomía es un proceso que necesita de tu observación, tu confianza, tu tiempo y tu paciencia.

Mostrarle a tu hijo cómo se hacen las cosas y darle el tiempo que necesita para hacerlas es clave para desarrollar su autonomía e independencia. Estas acciones le permiten generar confianza a partir de las experiencias propias en su espacio, a través del movimiento y la exploración, a través del orden y las rutinas. De esta manera alentamos a nuestros hijos a que logren su independencia, que no es ni más ni menos que la capacidad de pensar y hacer por sí mismos. ¿Notaste que desde muy chiquitos tienen un entusiasmo gigante por hacer cosas por su cuenta? Es como si nos dijeran: “Ayudame a ayudarme a mí mismo”. Así es que desde que son bebés podemos alentar y acompañar esta necesidad. ¿Cómo? Brindando pequeñas ayudas que los guíen y alienten para avanzar. Ellos naturalmente buscan hacer cosas solos y necesitan que no les pongamos obstáculos a su independencia, que les mostremos cómo hacer y los dejemos hacer respetando sus tiempos. El desarrollo del niño es la conquista de sucesivos grados de independencia, la construcción de su individualidad como persona implica una separación de la madre y de los demás para luego colaborar con ellos como individuos. Es fundamental que aguantemos esas ganas que nos dan a veces de resolverles todo. Cuando las mamás y papás les hacemos todo, les quitamos confianza. Es como si les estuviéramos diciendo: “No sos capaz de hacerlo” y así pierden ese impulso vital hacia la independencia. Toda ayuda innecesaria (que muchas veces brindamos por propia comodidad o necesidad) detiene el desarrollo positivo de la personalidad. Cada vez que un bebé logra hacer algo por su cuenta, su confianza y su voluntad se fortalecen. Así va adquiriendo mayor independencia, es decir, aprende a “ayudarse a sí mismo” (primero) para después (con el tiempo) ayudar a los otros. Esa es, al fin y al cabo, la meta de la independencia: la interdependencia, que todos colaboremos en nuestra vida familiar y social.

3 CLAVES PARA SU INDEPENDENCIA

Confiá en el proceso: aguantá el impulso por resolverle todo. Si está haciendo el esfuerzo por ponerse el zapato, no corras a ayudarlo y ponérselo vos. Dale el tiempo que necesita, solo intervení si se vuelve frustrante, y en la medida en que lo necesite (quizás levantar la lengüeta o aflojar el cordón sea suficiente). El esfuerzo fortalece su voluntad y autoestima.
Dale tiempo: detectá todo aquello que tu hijo puede hacer por sí mismo. Entre 1 y 2 años, pueden ser acciones muy simples como ponerse un gorro, juntar sus cosas o comer. Tené paciencia: de a poco va a controlar sus movimientos, la repetición es su aliada.
Ofrecele más tareas: a partir de que camine con seguridad, o cuando veas que ya puede hacer secuencias simples, proponele guardar elementos en una caja o cajón, llevar un libro a su lugar, poner cereales en un bowl o lavar una fruta.

Apuntes para dejar los pañales

El control de esfínteres comienza cuando tu hijo se empieza a interesar por el proceso (hace preguntas, por ejemplo, o te hace saber que está haciendo algo en su pañal).

  • Algo clave: que reconozca la sensación de “seco” y “mojado”.
  • La rutina siempre suma (por ejemplo, después de desayunar “es hora de ir al baño”).
  • Preparar el baño para que tu hijo pueda ser allí lo más independiente posible.
  •  Evitá las caras de disgusto cuando “ocurre un accidente”. Y tampoco lo felicites si usa la pelela o el inodoro. La clave: confiar y apoyar la naturalidad del proceso
¡TIP EXTRA!

Habrá momentos del día –¡o días!– en los que no le vas a poder dar el tiempo que necesita para llevar a cabo una actividad. No te preocupes. Solo explicáselo y buscá otra oportunidad para que pueda hacerlo con calma.