El ABC del método montessori

Apuntes para acercarse a la filosofía educativa que la médica italiana María Montessori legó al mundo.

María Montessori nació en 1870 en Italia y fue la primera mujer en practicar la medicina en ese país. Pronto fue designada directora de la clínica psiquiátrica de la Universidad de Roma. Allí logró que chicos con dificultades de aprendizaje aprobaran el examen oficial de aptitud en lectura y escritura estandarizado para la edad con un promedio más alto que el de los niños en escuelas comunes. Este milagro maravilló al mundo, pero a ella la hizo reflexionar sobre el estado de la educación general: “Yo buscaba las razones que mantenían a los niños de las escuelas comunes y corrientes en un nivel tan bajo”, dijo entonces. Más tarde le ofrecieron formar una guardería en un barrio bajo de Roma. Preparó un ambiente limpio, espacioso, ordenado y con mucha luz y trajo materiales que había usado en sus trabajos de psicología experimental. Los niños mostraron orden, disciplina, independencia, y empezaron a leer y escribir eligiendo sus actividades sin intervención directa de ningún adulto. El éxito de la primera escuela Montessori despertó gran interés por su método. En 1909, María publicó su primer libro y más tarde fundó la Montessori Association Internationale para preservar la integridad de su legado.

Los cuatro planos del desarrollo

Hay cuatro períodos evolutivos llamados “planos del desarrollo” que el adulto o educador debe tener en cuenta:

  • Desde el nacimiento hasta los 6 años: está caracterizado por la mente absorbente, que toma todos los aspectos, buenos y malos, del ambiente, el lenguaje y la cultura.
  • De los 6 a los 12 años: el chico posee una mente razonadora, para explorar el mundo con su imaginación y pensamiento abstracto.
  • De los 12 a los 18 años: el adolescente tiene una mente deseosa de entender la humanidad y de saber qué contribución puede hacer a la sociedad.
  • De los 18 a los 24 años: el adulto joven explora el mundo con una mente de especialista  apropiándose de su propio lugar en él.

¿Cómo estimular el momento lúdico?

  1. El movimiento. El movimiento potencia el pensamiento y el aprendizaje: están estrechamente ligados.
  2. La libertad y el autocontrol. El aprendizaje y el bienestar mejoran cuando las personas sienten que tienen control sobre sus acciones.
  3. El interés propio de cada niño. Los chicos aprenden cuando están interesados. ¡Se concentran y comprenden mejor!
  4. La recompensa interna. La realización del error y la sensación de logro son internas. Eso mejora la autoestima, el sentido de responsabilidad y el pensamiento crítico.
  5. Aprender de otros chicos. El aprendizaje se potencia con el ejercicio de enseñarles a otros. Esto promueve el respeto, la tolerancia y la solidaridad.
  6. El maestro observa y acompaña, el chico actúa. Pensar por sí mismos y la libre elección ayudan a los chicos a desarrollar la voluntad, la perseverancia, la confianza y la responsabilidad.
  7. Ambiente ordenado = mente ordenada. El orden externo y la secuencia en el uso de materiales promueven la claridad de pensamiento y la concentración.